SUECIA 2005

Después de nuestro viaje a Noruega, pasamos por el norte de Suecia, luego descendemos hacia Estocolmo. Los paisajes son muy arbolados y el relieve bajo contrariamente a su vecina Noruega.

Una tarde, en busca de un lugar para dormir, descubrimos por casualidad el sitio ideal: una rincón de césped frescamente esquilada a orillas del mar con una mesa de comida campestre, en un barrio residencial. Pedimos en la casa más próxima si podemos instalarnos para la noche.
Una dama nos explica que su marido concibió especialmente este lugar para permitirles a los viajeros pararse.

Al día siguiente por la mañana, mientras que estamos a punto de tomar nuestro desayuno, la propietaria vecina llega con un plato de comida y insiste para que se venga para comer en su casa y para sacar provecho de su sala de baño y de su máquina a lavar. Compartimos un momento amistoso con esta familia muy simpática antes de tomar de nuevo nuestro camino.

Los suecos son muy acogedores y respetuosos de las reglas con un espíritu colectivo. Hemos estado sorprendidos de ver, sobre el borde del camino, las áreas habilitadas y entretenidas por los habitantes, que ponen en disposición barbacoas con cepillo metálico de limpieza y milagro que no se ve en Francia: nada es robado o degradado.

Luego acabamos nuestro periplo corto en Suecia visitando la capital estocolmo magnífica antes de tomar el barco con destino a Alemania.