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JAPÒN
2006
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Japón, China y Corea del Sur son muy próximos geográficamente, pero tienen culturas completamente diferentes.
En primer lugar, las relaciones diplomáticas son malas, esencialmente desde la ocupación muy violenta de Corea y de China por japonés durante la segunda guerra mundial.
Luego el alimento japonés se distingue de otras cocinas asiáticas con su sushis y platos tradicionales a menudo azucarados (ex: salsa teriyaki), sopa, arroz o tallarines, y de verduras diversas.
En cambio, como Corea, Japón asocia tradicionalismo y modernismo.
Ambas religiones principales son el sintoísmo y el budismo.
Los santuarios sintoístas son fácilmente reconocibles con su puerta llamada "Torii", construida sea de madera de color rojo, de piedra o de bronce. Su simetría perfecta y su forma simple y depurada lo hacen elementos de arquitecturas notables.
Los valores tradicionales de Japón cohabitan con una sociedad en progresión constante al nivel tecnológico. El rigor, la disciplina están factores clave de su éxito en los sectores del automóvil y de la electrónica. Las motocicletas japonesas son mundialmente conocidas porque alían potencia y fiabilidad (Yamaha, Honda, Suzuki) y sin embargo japonés se desplazan con pequeñas y medias cilindradas, pareciéndose más a ciclomotores.
Japonés son muy atraídos por el lado lúdico de las nuevas tecnologías (teléfonos móviles, robots, videojuegos) y pasan poco tiempo libre del que disponen en los parques de atracciones o a leer mangas...
Su sentido de la disciplina es a veces tan irritante que es imposible discutir con ellos: es negro o es blanco. No hay pues ninguna flexibilidad posible.
Este país queda un destino agradable, aunque a veces japonés pueden sorprendernos porque alían sabiduría y tradición de un lado, y chiquillada en un mundo virtual por el otro lado.